
Bastó un ínfimo microsegundo para que la diminuta pulga saltara desde el huevo hasta el corto pelaje de Chico. El perro enano sintió la concisa mordedura de unos minúsculos dientes y soltó un pusilánime ladrido. Fue tan bajo el quejido que su dueño, el niño canijo del pueblo no alcanzó a escucharlo. La insignificante picadura de la pequeña pulga apenas irritó al raquítico perro. Chico alzó su pata para rascarse y el timorato insecto lanzó un lacónico suspiro. La pulga echó la vista atrás y toda su menuda vida pasó ante sus ojos. ¡Una minúscula eternidad!
Bondades de la talla y el tiempo: a menor tamaño, mayores parecen los momentos.
Esto que es una cosa de estas subliminales????Cosita yo no entiendo porque escribes cuentos que no empiezan con erase una vez....que rara eres y lo que te quiero.
ResponderEliminarNaaaa, esto no tiene nada de subliminal... Nada de nada. Sólo se trata de una historieta en donde casi todos los adjetivos son sinónimos de "pequeño".
ResponderEliminarJo, y no soy rara. Soy normal. Algún día te prometo que escribiré una historia que empiece con "érase una vez", aunque no sé si el final dirá "vivieron felices y comieron perdices".
Yaaaaaaa vieneeeeeen los Reeeeyesss.
Acuérdate de ir a preguntarme eso, porfa.
TA Big Thing
Tu sigue recordándome lo de los Reyes tonta....estoy molt nerviosa
ResponderEliminar